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La cogió por la cintura subiéndola sobre la mesa, ella separó las piernas ansiosa por recibir su cabeza entre los muslos mientras le empujaba hacia abajo,  él, sumiso, dejó que su mano siguiese obligándole a bajar,  una vez estaba en posición de ofrecer placer con solo abrir la boca, retiró hacia un lado sus braguitas humedecidas, acercó la cara a su sexo y respiró profundamente aquel aroma que le volvía loco. Entre abrió la boca exhalando un suspiro sobre el pequeño clítoris, ella se estremeció sabiendo que el momento estaba cada vez más cerca… Como un pequeño y mojado látigo su lengua lamió por un instante los rosados labios que tenía delante, ella contrajo los músculos de la impresión,  de nuevo la lengua hizo contacto, esta vez para quedarse, subía por un lateral del clítoris y bajaba por el otro… Los labios de él se cerraron como una pinza sobre el diminuto botón que activaba la lujuria de su compañera, succionando como si le fuese la vida en ello siguió durante varios minutos hasta que ella comenzó involuntariamente a cerrar las piernas sobre su cabeza, aguantó durante unos segundos más mientras sentía como aquel elixir comenzaba a verterse sobre su boca… en pocos segundos y mientras ella arqueaba la espalda a la vez que soltaba un gemido de placer, una mano empujó su cabeza de nuevo , esta vez hacia arriba, cuando se separó pudo sentir como un fino hilo de fluido se despegaba de aquel jugoso chochito y acababa colgando de su mentón, ella le miró lasciva y chupó su propio fluido vaginal de la barbilla de él,  que se comportara como una perra le ponía aún más cachondo, ella se relamió, saboreó su líquido, y bajó sus manos por el torso desnudo, sintiendo los músculos bajo sus dedos y los latidos en su pecho,  llegó a la bragueta y la desabrochó con destreza, introduciendo su mano tardó poco en encontrar el miembro erecto, se aferró a él y lo liberó de la opresión de la ropa, lentamente se fue poniendo de rodillas mientras pasaba su boca por todo el cuerpo de él hasta llegar a la altura de su cintura, formó una ventosa con sus labios y comenzó a succionarle poco a poco, introduciéndosele lentamente en la boca y dejando que la saliva goteara entre sus dedos y resbalase por la comisura de los labios  hasta su barbilla… con la otra mano comenzó a masajearse las tetas, a pellizcarse los pezones  y, solo cuando estos se pusieron duros,  dio un paso más deslizando la mano por su vientre hasta llegar a su sexo, comenzó a darse pequeños tirones del vello púbico mientras se introducía el pene de su compañero hasta que las arcadas recomenzaban a surgir, con la palma de la mano comenzó a masajearse suavemente aquella rajita empapada en licor, debía hacerlo despacio, pues aún no se había recuperado del orgasmo y la sensación era demasiado para ella…

DDP